APUNTES LUNARES
Dos son, en suma, los motivos de reunir estas
anotaciones: la puntual certeza de la materialidad del tiempo (y, por
tanto, de su fugacidad y perecer) lograda en un corto desplazamiento
mezclado con recuerdos de la niñez; y por otro, la sensación de
que, cuando observamos el objeto ya concreto como manifestación de
energía, no sentimos el íntimo ímpetu que en nosotros provoca su
espera e intuición. El placer está en proyectar, no en lo
proyectado. La autenticidad de los documentos y citas aquí aportados
fluctúa entre el cuestionamiento y el refrendo más absolutos. Ello
implica que tanto da considerar como anécdota o como fundamento
cualquier objeto de los aquí citados. La no interpenetrabilidad de
los estados: vencida ficción según me aproximo a un punto. El roce
pertinaz de una pierna deviene, en tal caso, algo del todo
insoslayable para lo aquí expuesto.
Luna llena: reflejo del atómico estado. Esferilla en
breve intervalo identificable. Fe congelada de una noche de mayo: ver
y no ver. Sólo la fe perdura en la rueda sin fin, sin acertar a
fijar nítidamente un cuandodónde.
Puntual vacío: admitir la insaciabilidad de lo
condensado como cuerpo. El primer motor no puede estar exento de
deseo. Violento clímax en la estancia, minúsculo como un universo.
La luna lo sabe: tras la luzaventura, reguero de sombra y sombra. En
el corazón, la penumbra.
Contemplación del animal fósil de la luna. Ver no da
constancia de latido. Sólo siento la onda que dentro fluye, y un
espectro de muerte ante mis ojos. ¿Qué más da el jazmín? Lo
importante es bañarse en su irrepetible aroma, percibir la delgada
línea entre la faz brillante y su real desaparición:
presentimiento.
¡Qué misterio el del suicidio! La estudiada
imprevisión de la hiedra es lo que le hace escalar el muro por ver
si alcanza el supremo momento lunar. Desposorio en el filo
impenetrable: algunos brotes rozan ya la luz apenas transida, creando
una alquímica ilusión en rígidas ya espirales de azufre.
Hermandad de las luces: perecer por separado: ilusiones
de la muerte: el giro como sobreposición al límite. Derviches
planetas: el mundo abarcado en el instante. Llenar la vida: sorbo en
la continuidad. Nos vemos cuando el ritual se consume y el caos esté
por hacer…
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