CICLÓPEO
Nos miramos a la minúscula distancia
que hay en el beso
o entre un átomo y su sombra
y al punto somos un solo ojo,
esa única pupila que ya no
necesita contemplar.
Las manos son las ciegas mariposas
suicidas de nuestros cuerpos:
revoloteando a tientas en la penumbra, buscan
libar de la flor para
perder el sentido.
8 DE SEPTIEMBRE, 15:22
Dulce balanza indecisa:
ora lo afirma tu flor,
ora lo niega tu labio.
STILL DRESSED
A veces te acaricio por encima del vestido
y no busco por detrás de él:
la revelación es la mayor suerte
de los mortales desvelos.
(De Poemínimos, colección de micropoemas a publicar próximamente en Antaura Ediciones).
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