No pocas
personas se han hecho lenguas del magnífico discurso pronunciado por Juan Goytisolo en el acto en que se le hizo entrega
del Cervantes 2014, tan alternativo, tan à
la page, tan de jugador de baloncesto que realiza un mate in the face, ante la oposición del pívot
más alto del equipo rival. Sin embargo, y a la luz de una lectura más sosegada, un
discurso tan aparentemente rompedor posee no pocas y profundas grietas.
El escritor
barcelonés confiesa su pecado de
juventud literario: “A comienzos de mi larga trayectoria, primero de literato,
luego de aprendiz de escribidor, incurrí en la vanagloria de la búsqueda del
éxito -atraer la luz de los focos, ‘ser noticia’”. El/la escritor/a primerizo/a
que no haya (hayamos) tenido esa veleidad, que levante la mano. No obstante, aun
con una setentena de libros en su haber y con una calidad literaria
incuestionable, nada ha impedido que esa vanagloria haya perdurado de forma
sorda pero permanente, y que eso se haya visto reflejado justamente, con el
paso de los años, en la aceptación del premio y lucimiento de ese estilo tan de
realismo de posguerra en su elocución, aunque no por ello menos estudiado y
sopesado. Todo ello resulta aún tanto más chocante por cuanto Goytisolo afirmó
categóricamente en entrevista concedida al ABC en 2001 que rechazaría el
Cervantes si le fuese concedido[1].
Si Goytisolo
se sentía dudar de sí mismo ante el reconocimiento de la “institución literaria”,
¿qué le impedía renunciar al premio, que él sentía como “un golpe de espada en
el agua, como una inútil celebración”? Ya otras personas destacadas del mundo
del arte y la literatura como Javier Marías[2],
Jordi Savall[3] o Isabel
Steva Hernández “Colita”[4]
experimentaron esa misma duda y renunciaron en conciencia a sendos premios
institucionales ¿De qué sirve proclamarse de nacionalidad cervantina
inventando, de paso, el bonito neologismo “cervantear”? ¿De qué reivindicar el
que las instituciones no le saquen jugo a los “pobres huesos de Cervantes”,
esas mismas instituciones que le han concedido el premio? ¿De qué lado se
coloca Goytisolo aceptando el premio: del de la “exquisita mierda de la gloria”
o del de “deshacer tuertos y socorrer y acudir a los miserables”? Rechina ver a
alguien que habla “de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad,
crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como en
el que actualmente vivimos” aceptar tal premio. Rematar el discurso de premiado
con una intervención más propia de un mitin de Podemos, con el dorado metal del
premio colgado al cuello, ante la monarquía y en la universidad de Alcalá de
Henares acaba por producir auténtica dentera cuando no un serio trastorno
gástrico.
Con todo esto,
la cita a Dámaso Alonso como rescatador de Góngora (“¡Quién pudiera estar aún
en la oposición!”) palidece hueramente cual cartel electoral pegado en una
pared y ajado por el sol y la lluvia ante aquélla otra de Quevedo: “Poderoso
caballero es don Dinero”. Ciento veinticinco mil euros, una medalla y acceder
de hecho al halago del premio separan a Goytisolo de su coherencia y “modestia”
de “hombre libre” y de ser una figura con autoridad intelectual a ser sólo un gran escribidor arrimado a las instituciones. Las mismas que con cinismo
necrófago mancillan la memoria de artistas muertxs que ejercitaron sin
vacilaciones y a la llana (ellxs sí) la libertad de expresión. Las mismas instituciones que
amordazan a la población para que no les suelte a la cara verdades incómodas
sin edulcorar. Las mismas que, simultáneamente al acto de entrega del
Cervantes, reducían sin contemplaciones a una activista de Femen como si de un
peligroso terrorista se tratara.
Protestar no
es ilegal. Democracia sin mordaza. Desgobierno culpable, violador de
libertades. Esas palabras sí merecen un respeto: están respaldadas por las
obras.
[1] “No
aceptaré nunca el Cervantes”, entrevista realizada a Juan Goytisolo, ABC, 10 de febrero de 2001 (http://www.abc.es/hemeroteca/historico-10-02-2001/abc/Cultura/no-aceptare-nunca-el-cervantes_11820.html).
[2] “Javier
Marías rechaza el Nacional de Narrativa por ‘Los enamoramientos’”, El País, 25
de octubre de 2012 (http://cultura.elpais.com/cultura/2012/04/21/actualidad/1334998646_622912.html).
[3] “Jordi
Savall rechaza el Premio Nacional de Música”, El País, 30 de octubre de 2014 (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/30/catalunya/1414677772_490268.html).
[4] “Colita
renuncia al premio Nacional de Fotografía por la política del Gobierno”, El
País, 7 de noviembre de 2014 (http://cultura.elpais.com/cultura/2014/11/07/actualidad/1415355782_121507.html).